Libros
2017

Lacan, Deleuze y lalangue

Comentario de Déborah Fleischer

El encontronazo

Podemos decir que en general el psicoanálisis y la filosofía suelen tener un encontronazo, encuentros y desencuentros. Hay un vinculo con y contra la filosofía en Lacan El vinculo se mantiene constantemente con y contra la filosofía como recién señalaba. De Platón a Descartes y de Hegel a Heidegger con la influencia de esta manera de pensar a partir de Freud sobre la filosofía contemporánea. Para los filósofos también el psicoanálisis es una referencia, como lo vemos en Deleuze, ya antes de su colaboración con Guattari. Los matices de esta relación, sin embargo, han sido a menudo opacados por su imagen de detractor de la tradición psicoanalítica. Si bien esta percepción no es del todo infundada, resulta incapaz de dar cuenta de la complejidad del lazo.

El año 1968 representa una época y un contexto de concordia entre Deleuze y Lacan

Lacan sostenía que las tesis de Deleuze fueron inspiradas en las suyas. Decía: “Él ha podido tomarse el tiempo de reunir en un solo texto, no solamente lo que está en el corazón de lo que mi discurso ha enunciado, y no es dudoso que ese discurso esté en el corazón de su libro…”. En esa época Deleuze estaba fascinado por el psicoanálisis y por Lacan

Luego viene una época de divorcio a partir de la publicación, junto con Guattari, de El Anti Edipo en 1972. Pero ya previamente Lacan se hace una pregunta :

La pregunta que es la base de este libro y de la tesis de Elena Bisso es derivada de que Jacques Lacan invitó a la audiencia de su seminario, en la clase del día 12 de marzo de 1969, a entrar en el detalle de la objeción que Deleuze realizó en el pie de la página del último capítulo o serie de Lógica del Sentido.

Transcribe el pie de página completo, en donde Deleuze formula su objeción, la que en esta investigación ella analizara e intentará responder .

La cita dice:

“No podemos seguir aquí la tesis de Jacques Lacan, al menos tal y como la conocemos referida por Laplanche y Leclaire en “L´Inconscient” (Temps Modernes, julio, 1961, págs. 111 y sigs.) A partir de esta tesis, el orden primario del lenguaje se definiría por un deslizamiento perpetuo del significante sobre el significado, suponiendo que cada palabra no tenga sino un solo sentido y remita a las otras palabras por una serie de equivalentes que este sentido le abre. Por el contrario, en cuanto que una palabra tiene varios sentidos que se organizan a partir de la ley de la metáfora, deviene en cierto modo estable, al mismo tiempo que el lenguaje escapa al proceso primario y funda el proceso secundario. Es, entonces, la univocidad lo que definiría lo primario, y la equivocidad la posibilidad de lo secundario (pág. 112). Pero la univocidad es considerada aquí como la de la palabra, no como la del Ser que se dice en un solo y mismo sentido para cualquier cosa, ni tampoco del lenguaje que lo dice. Se supone que lo unívoco es la palabra, aunque al final haya que concluir que una palabra semejante no existe, no tiene ninguna estabilidad y es una “ficción”. Nos parece, por el contrario, que la equivocidad caracteriza propiamente a la voz en el proceso primario; de haber una relación esencial entre sexualidad y la equivocidad, habrá de ser bajo la forma de este límite en lo equívoco, de esta totalización que hará posible lo unívoco como verdadero carácter de la organización secundaria del inconsciente”

Es este texto el que analiza Elena planteando que requiere un análisis de sus elementos, sus presupuestos y la apertura en detalle de a qué campo teórico pertenecen a cada uno de ellos, debido a que esta objeción ocurre en la intersección de la filosofía y el psicoanálisis. Propone cuatro ejes a tratar:

  1. En primer lugar la interpretación que Deleuze hace de metáfora y metonimia, ubicando a la univocidad en el proceso primario y la equivocidad en el proceso secundario. Lo que él llamó “la tesis de Lacan”,
  2. “El Ser que se dice en un solo y mismo sentido”, es el concepto ontológico por excelencia de Deleuze: la univocidad del ser, propio del campo filosófico.
  3. La relación entre sexualidad y equivocidad, planteada en condicional: “de haber una relación esencial entre sexualidad y la equivocidad”
  4. La tesis propia de Deleuze en la que lo equívoco caracteriza el proceso primario.
  5. Estos cuatro ejes que ha abstraído de la objeción es la guía para hallar a cuál de ellos es pertinente responder en el campo psicoanalítico, ubicando cuáles son los conceptos que pertenecen al psicoanálisis y cuáles pertenecen a la filosofía.
  6. Los acuerdos entre Lacan y Deleuze los encuentra Elena en sus textos. Uno de ellos fue la importancia del contrato masoquista en el estudio de las perversiones en psicoanálisis, en la Presentación de Sacher-Masoch (1967) de Deleuze y el otro fue la articulación deleuziana del concepto de sentido en psicoanálisis. En Lógica del sentido (1969) Deleuze destacó el seminario de la carta robada de Jacques Lacan, la literatura de Lewis Carroll y la referencia a los estoicos.
  7. La diferencia, taxativa se encuentra en los campos teóricos a los que perteneció cada uno. Por eso he titulado esta presentación el encontronazo

Deleuze, ha sido un lector del psicoanálisis que, por un lado, ha puesto a debatir conceptos cuya fijeza parecía asegurada (el de repetición por ejemplo) subrayando a partir de la noción de “diferencia ontológica”, que en la repetición se presentifica la diferencia y no la identidad). Pero por otro lado, parte de su crítica está apoyada en una matriz de lectura que –condicionada por su posición marxista- tiene como punto de partida las nociones de conflicto como síntoma social, de producción, de liberación del deseo ante la represión, etc.

A veces, este modo e leer, nos enfrenta a la dificultad que implica criticar un paradigma desde otro, al problema epistemológico que supone desestimar el entramado teórico de una doctrina desde una lectura externa embebida en ideología.

Señalara Elena que la gran diferencia entre Lacan y Deleuze es la concepción de la ontología. Hay diversos momentos en que Lacan es crítico respecto de la filosofía y la ontología, desde La instancia de la letra en 1953 continuará objetando de distintos modos la concepción del ser, señalando o aludiendo a la falla sexual.

Lacan dijo en el seminario XIX, Ou pire, el 8 de marzo de 1972:

“Lo que se escribe, de la Cosa, hay que considerarlo como lo que se escribe proveniente de ella, no de quien escribe. Es lo que hace que la ontología, dicho de otro modo, la consideración del sujeto como ser, la ontología es una vergüenza, si me lo permiten.”

Podemos plantear que Deleuze no habla en representación de nadie, su escritura se guía por una voluntad de hablar en nombre propio: “Su reflexión se mueve por la decisión de articular una máquina de guerra contra toda representación, contra la noción misma de representación y el peso de sus prestigios en la tradición filosófica”.

Concluye diciendo Elena:

El elemento de la objeción de Deleuze que estamos analizando es “Pero la univocidad es considerada aquí como la de la palabra, no como la del Ser que se dice en un solo y mismo sentido para cualquier cosa, ni tampoco del lenguaje que lo dice.” ; aquí Deleuze señala la univocidad del ser, su ontología, y sólo puede responderse en psicoanálisis al recordar que el ser es una falta efecto de una pérdida y tiene como antecedente más antiguo lo que Freud llamó la primera experiencia de satisfacción y que Lacan escribió como el objeto a

Volvemos entonces al encontronazo para plantear que Una la lectura crítica se debe diferenciar de un ataque externo, porque no hay lecturas sin premisas -que pueden ser explicitas o implícitas- y cuando son implícitas pueden tergiversar los conceptos que integran el campo de la doctrina. Y recordar algo que plantea Wittgenstein: una vez que alguien publica algo deja de ser su dueño, el dueño es el lector y como interpreta lo que se ha escrito

Por otro lado la tapa del libro muestra humo, el humo puede ser algo que cubra un lado del otro, pero a diferencia del cigarrillo, el humo que hay entre psicoanálisis y filosofía no es tóxico, sino que señala que nada cierra completamente, y permite como diría Bion que al no encajar perfectamente surja el pensamiento, y por ende la creatividad, que demuestra la autora en su libro.

Déborah Fleischer
IX Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología - U.B.A.


Presentación del libro

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